Yoga integral para las infancias
“YOGA” es una palabra en idioma sánscrito que
significa “UNIÓN”
No solamente
hace referencia a la unión entre los y
las practicantes, sino la unión
interna entre nuestro cuerpo, los pensamientos y las emociones. Además nos
conectamos con la naturaleza, lo que nos rodea y nos llenamos de energía.
El Yoga es
actualmente muy conocido por sus efectos, entre los más conocidos: reducir el stress, calmar la mente, estirar
el cuerpo y fortalecerlo, entre tantos otros.
Ahora bien,
si podemos practicar yoga desde los 3
años hasta nuestro último día de vida, ¿cómo podemos lograrlo? ¿Qué
técnicas y métodos se utilizan? ¿La clase es igual para cualquier edad? Las
respuestas a estas preguntas las veremos a continuación.
Técnicas
adaptadas a cada edad
Las posturas de Yoga (Asanas) se basan en las figuras
evolutivas de la vida del ser humano.
De la misma
manera que una clase de inglés o de música no es la misma para una persona de 3
años que para una de 16, el yoga va adaptando
sus métodos y estilos según la edad y el desarrollo físico-mental.
El yoga es conocido por sus posturas corporales,
pero la práctica es mucho más diversa y extensa de lo que imaginamos. Con una tradición que lleva más de 3000 años y
tantos estilos, como escuelas y profesores hay en el mundo, esta hermosa
disciplina se encuentra en constante evolución y expansión. Actualmente con las
investigaciones en el ámbito de la medicina, la biomecánica y la neurociencia
se ha profundizado y especializado cada
vez más un saber que hasta ahora tenía más que ver con la praxis y la
tradición.
Es así que
podemos diferenciar y separar las técnicas y métodos que corresponden
a cada grupo etario, saber cuáles se
adaptan mejor a su evolución y sacar un
mayor provecho de sus resultados. Así mismo, cabe destacar que siempre hay
excepciones y, como hablamos de seres humanos y no de máquinas, manejamos datos
estadísticos promediando estos factores como una regla general, pero no son
taxativos a la actividad del yoga.
Con estas aclaraciones, describiremos los
métodos y estilos que se emplean en las edades
del Nivel inicial: de 3 a 5 años.
·
Asanas:
las posturas de yoga propiamente dichas, que buscarán trabajar la fuerza, la
elongación, elasticidad y el equilibrio. Se adaptan según la edad, la fuerza y
el desarrollo cognitivo de la autopercepción de cada persona.
También comprenden los gestos
faciales, las manos, los ojos, los pies, el cuerpo en su totalidad.
·
Las posturas más utilizadas en las clases son:
1.
La postura del perro: las caderas levantadas, la cabeza baja, el peso hacia las
manos. Esta postura tiene la ventaja de ser relativamente sencilla de realizar
y, sobre todo, muy divertida. Activa los músculos y favorece la respiración
alta.
2.
La postura de la mariposa: sentado con las plantas de los pies juntas, para
centrarse en la flexibilidad, tomados de los pies,
se mueven las rodillas arriba y abajo.
3.
La postura de la montaña: para centrarse en la calma interior, sentado, abrazado a
las rodillas.
4.
La postura del árbol: de pie, con un pie levantado, las manos en el aire, para
trabajar la concentración y el equilibrio.
5.
La postura del barco: sobre el suelo se
levantan los pies con rodillas flexionadas y las manos, favorece el equilibrio
y la fuerza.
·
Svasan
Yoga: conocido como “el yoga de la
respiración”. Es una parte fundamental de la práctica, más importante aún que los asanas. Tomar conciencia de la
respiración, la dirección del aire, la forma en la que expiramos, el ritmo, la
velocidad y la profundidad es clave para regular las hormonas, la actividad
celular, el tono muscular, la concentración y la relajación. Cuando somos bebés,
naturalmente regulamos nuestra
respiración para activarnos o calmarnos, pero es una sabiduría que vamos
perdiendo con el tiempo, hacerlo de
manera consiente nos brinda una gran herramienta para controlar y canalizar
nuestras emociones.
·
Mudras:
son gestos que se hacen
principalmente con las manos y que
tienen diversos significados, como
un lenguaje de señas exclusivo del yoga. Por ejemplo se hace el capullo de
loto, la flor de loto, el mudra del corazón, etc. Buscan favorecer la atención, la flexibilidad y la motricidad
fina.
·
Yoga
artístico: en la infancia es fundamental aprender a expresar nuestras emociones y sentimientos, la canalización a través del arte nos permite tener un
espíritu más equilibrado y liviano. El arte en yoga se expresa por medio de coreografías bailadas que
van enlazando diversas asanas, con canciones entretenidas y didácticas que
ayudan a bailar. También puede utilizarse el
dibujo y la pintura como consigna, de la mano de los mandalas y yantras que
a través de su diseño simple y simétrico calman
la actividad mental.
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